La Biblia Reina Valera

Proverbios 6

Proverbios

Indice

Capítulo 7

1


 

  HIJO mío, guarda mis razones, Y encierra contigo mis mandamientos.  

 

 


2


 

  Guarda mis mandamientos, y vivirás; Y mi ley como las niñas de tus ojos.  

 

 


3


 

  Lígalos á tus dedos; Escríbelos en la tabla de tu corazón.  

 

 


4


 

  Di á la sabiduría: Tú eres mi hermana; Y á la inteligencia llama parienta:  

 

 


5


 

  Para que te guarden de la mujer ajena, Y de la extraña que ablanda sus palabras.  

 

 


6


 

  Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía,  

 

 


7


 

  Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, Un mancebo falto de entendimiento,  

 

 


8


 

  El cual pasaba por la calle, junto á la esquina de aquella, E iba camino de su casa,  

 

 


9


 

  A la tarde del día, ya que oscurecía, En la oscuridad y tiniebla de la noche.  

 

 


10


 

  Y he aquí, una mujer que le sale al encuentro Con atavío de ramera, astuta de corazón,  

 

 


11


 

  Alborotadora y rencillosa, Sus pies no pueden estar en casa;  

 

 


12


 

  Unas veces de fuera, ó bien por las plazas, Acechando por todas las esquinas.  

 

 


13


 

  Y traba de él, y bésalo; Desvergonzó su rostro, y díjole:  

 

 


14


 

  Sacrificios de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos;  

 

 


15


 

  Por tanto he salido á encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y te he hallado.  

 

 


16


 

  Con paramentos he ataviado mi cama, Recamados con cordoncillo de Egipto.  

 

 


17


 

  He sahumado mi cámara Con mirra, áloes, y cinamomo.  

 

 


18


 

  Ven, embriaguémonos de amores hasta la mañana; Alegrémonos en amores.  

 

 


19


 

  Porque el marido no está en casa, Hase ido á un largo viaje:  

 

 


20


 

  El saco de dinero llevó en su mano; El día señalado volverá á su casa.  

 

 


21


 

  Rindiólo con la mucha suavidad de sus palabras, Obligóle con la blandura de sus labios.  

 

 


22


 

  Vase en pos de ella luego, Como va el buey al degolladero, Y como el loco á las prisiones para ser castigado;  

 

 


23


 

  Como el ave que se apresura al lazo, Y no sabe que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasó su hígado.  

 

 


24


 

  Ahora pues, hijos, oidme, Y estad atentos á las razones de mi boca.  

 

 


25


 

  No se aparte á sus caminos tu corazón; No yerres en sus veredas.  

 

 


26


 

  Porque á muchos ha hecho caer heridos; Y aun los más fuertes han sido muertos por ella.  

 

 


27


 

  Caminos del sepulcro son su casa, Que descienden á las cámaras de la muerte.  

 

 


Proverbios 8

 

 

 

 

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